Modelo pedagógico conductista.
Este
modelo consiste en el desarrollo de un conjunto de objetivos terminales
expresados en forma observable y medible, a los que el estudiante tendrá que
llegar desde cierto punto de partida o conducta derivada, mediante el impulso
de ciertas actividades, medios, estímulos, y refuerzos secuenciados y
meticulosamente programados.
En
la perspectiva conductista, la función del maestro se reduce a verificar el
programa, a constituirse en un controlador que refuerza la conducta
esperada, autoriza el paso siguiente a
la nueva conducta o aprendizaje previsto, y así sucesivamente. Los objetivos
instruccionales son los que guían la enseñanza, ellos son los que indican lo
que debe hacer el aprendiz, por esto a los profesores les corresponde solo el
papel de evaluadores, de controladores de calidad, de administradores de los
refuerzos.
El
refuerzo es precisamente el paso que afianza, asegura y garantiza el
aprendizaje, es el auto-regulador, el retro-alimentador del aprendizaje que
permite saber si los estudiantes acertaron o no, si lograron la competencia y
el domino del objetivo con la calidad que se esperaba. Mientras el refuerzo no
se cumpla los estudiantes tendrán que ocuparse de observar, informarse y
reparar los elementos que contiene el objetivo instruccional y posteriormente
realizar las prácticas y ajustar hasta lograr conducir el objetivo a la
perfección prevista; y es el profesor quien la acepta y la refuerza.
1. La evaluación hace parte esencial de la
enseñanza inductiva.
2. El profesor refuerza y define el
aprendizaje, pero no es tan imprescindible; su papel puede ser objetivado en
materiales de instrucción.
3. El alumno en este enfoque no es un
espectador pasivo, pues requiere emitir la respuesta o la solución a la
situación problemática. Se trata de aprender haciendo.
4. La repetición y la frecuencia de la
práctica es un factor importante para la retención de aprendizajes técnicos y
prácticos, que no puede menospreciarse.
5. La enseñanza individualizada es una
ganancia importante de la perspectiva que permite a cada alumno ensayar y
practicar su respuesta hasta perfeccionarla, sin que tenga que adelantarse ni retrasarse
a sus propias habilidades y competencias.
6. Se basa en la medición de valores o
desvalores del individuo, por lo que tiene en cuenta aspectos más individuales
que colectivos.
7. La competencia en este modelo describe
fundamentalmente lo que un trabajador "puede" hacer y no lo que
"hace".
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